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L´Ombilique des Limbes, Burkina Faso
AMANTE DE LA LIBERTAD POR SOBRE TODAS LAS COSAS

sábado, 26 de abril de 2008

Un fragmento que amo de Antonin Artaud (alias Nanaky)



Texto del prólogo de EL TEATRO Y LA PESTE

Por otra parte, cuando pronunciamos la palabra vida, debe entenderse que no hablamos de la vida tal como se nos revela en la superficie de los hechos, sino de esa especie de centro frágil e inquieto que las formas no alcanzan. Si hay algo infernal y verdaderamente maldito en nuestro tiempo es esa complacencia artística con que nos detenemos en las formas, en vez de ser como hombres condenados al suplicio del fuego, que hacen señas sobre sus hogueras.

sacaycaly

boomp3.com

lunes, 21 de abril de 2008

SIGO REPOSTEANDO

EMPECINADA


Sólo por dibujar espirales
vuelvo al nudo
me obstino en la búsqueda
Y es tan profundo el tajo
que no consigo ignorarlo


Vértigos en frenética alquimia
el tribunal de mediocres
no perdona la locura
Y es tan lúcida la confusión
que no consigo sustraerme

Solo por mi insistencia en el ensueño
prefiero los barrotes del verdugo
a la paz de la resignación
Y es tan fuerte el desahogo
que no consigo resignarlo

jueves, 17 de abril de 2008

MAGDALENA

PERDÓN a los que ya los leyeron, pero son poemas que me gustan mucho y quedaron muy atrás en el blog, por eso voy a volver a subir algunos.
Gracias!!!



Magdalena


Mujer/Prostituta?
Flecha/Cuenco
Heredera
Y a la vez
Gran Madre Materna

Carne/Desgarro
Que el falo faena
Fecundada
Y a la vez
Fiel a la Consigna

Guardianes lapidarios
amordazan tu boca,
lo quenodebeserdicho
se escabulle por tus poros
y es “una verdad a voces”

Los Sobrevivientes
Recogemos el guante
Verdades gritan bastas
Caen por su peso
El Caliz Reboza Vida

Ya no somos huérfanos
Ni precisamos de palabras
Tu presencia calienta la entraña
Con el calor primordial
Y ya no existe miedo alguno

Alguien tiró la primera piedra?

martes, 15 de abril de 2008

Cuando los ángeles lloran

Este tema ilustra que Maná no compone temas de amor ni mucho menos


A Chico Méndez lo mataron
era un defensor y un angel
de toda la Amazonia
El murió a sangre fria
lo sabia Collor de Melo
y también la policia
Cuando los angeles lloran
lluvia cae sobre la aldea
lluvia sobre el campanario
alguien murió
Un angel cayó
un angel murió
un angel se fue
y no volvera
Cuando el asesino huia
Chico Méndez se moria
la selva se ahogaba en llanto
El dejó dos lindos crios
una esposa valerosa
y una selva en agonia
Cuando los angeles lloran
es por cada arbol que muere
cada estrella que se apaga
ho...no...noo..
Un angel cayó
un angel murió
un angel se fue
y no volvera
Un angel cayó
un angel murió
un angel se fue
se fue volando en madrugada
Cuando los angeles lloran
Cuando los angeles lloran
llovera
Cuando los angeles lloran
Cuando los angeles lloran
llovera

lunes, 14 de abril de 2008

Lo quiero compartir, aunque sea largo




MOUSSA AG ASSARID

Escritor tuareg, defensor de los pastores

VÍCTOR-M. AMELA - La Vanguardia 01/02/2007




No sé mi edad: ¡nací en el desierto del Sahara, sin
papeles...! Nací en un
campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al
norte de Mali. He sido
pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi
padre. Hoy estudio
Gestión en la Universidad Montpellier-1. Estoy
soltero. Defiendo a los
pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo


Qué turbante tan hermoso...!

- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara
en el desierto cuando
se levanta arena, y a la vez seguir viendo y
respirando a su través.

- Es de un azul bellísimo...

- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por
esto: la tela destiñe
algo y nuestra piel toma tintes azulados...

- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?

- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros
pigmentos naturales.
El azul, para los tuareg, es el color del mundo.

- ¿Por qué?

- Es el color dominante: el del cielo, el techo de
nuestra casa.

- ¿Quiénes son los tuareg?

- Tuareg significa abandonados,porque somos un viejo
pueblo nómada del
desierto, solitario, orgulloso: señores del
desierto,nos llaman. Nuestra
etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el
tifinagh.

- ¿Cuántos son?

- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas.
Pero la población
decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para
que sepamos que
existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por
preservar este pueblo.

- ¿A qué se dedican?

- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos,
vacas y asnos en un
reino de infinito y de silencio...

- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?

- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido
de tu propio corazón.
No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva
con mayor nitidez?

- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de
mi padre. Ellas nos dan
leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua
y hierba... Así hizo
mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No
había otra cosa en el
mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

- ¿Sí? No parece muy estimulante...

- Mucho. Alos siete años ya te dejan alejarte del
campamento, para lo que
te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire,
escuchar, aguzar la
vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a
dejarte llevar por el
camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

- Saber eso es valioso, sin duda...

- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas
cosas, ¡y cada una tiene
enorme valor!

- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes,
¿no?

- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad.
Cada roce es valioso.
¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de
tocarnos, de estar
juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser,¡porque cada
uno ya es!

- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a
Europa?

- Vi correr a la gente por el aeropuerto... ¡En el
desierto sólo se corre
si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...

- Sí, era eso. También vi carteles de chicas
desnudas: ¿por qué esa falta
de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en
el hotel Ibis, vi el
primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí
ganas de llorar.

- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?

- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en
buscar agua! Cuando veo
las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo
dentro un dolor tan
inmenso...

- ¿Tanto como eso?

- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía,
murieron los animales,
caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi
madre murió.... ¡Ella lo
era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a
contarlas bien. Me
enseñó a ser yo mismo.

- ¿Qué pasó con su familia?

- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la
escuela. Casi cada día yo
caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me
dejó una cama para
dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su
casa... Entendí: mi
madre estaba ayudándome...

- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?

- De que un par de años antes había pasado por el
campamento el rally
París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de
la mochila. Lo recogí
y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El
Principito.Y yo me
prometí que un día sería capaz de leerlo...

- Y lo logró.

- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en
Francia.

- ¡Un tuareg en la universidad...!

- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de
camella... Y el fuego de leña.
Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las
estrellas: allí las miramos
cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como
es distinta cada
cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.

- Sí.... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?

- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En
Francia se pasan la
vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco,
y hay ansia de
poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay
atascos, ¿y sabe por qué?
¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

- Reláteme un momento de felicidad intensa en su
lejano desierto.

- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol:
baja el calor, y el
frío no ha llegado, y hombres y animales regresan
lentamente al campamento y
sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo,
amarillo, verde...

- Fascinante, desde luego...

- Es un momento mágico... Entramos todos en la
tienda y hervimos té.
Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La
calma nos invade a todos:
los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del
hervor...

- Qué paz...

- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.



jueves, 01 de febrero de 2007